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Tomando sus propios padres y los padres del niño en su corazón, con amor y respeto. Cuando tratamos de suplantar a la madre, o el padre, de alguien, tal vez pensando que somos mejores para él/ella que sus padres biológicos, le hacemos daño a él/ella y a todo su sistema familiar, con serias consecuencias para nosotros y para el otro (al suplantar a la madre, desconectamos al otro de todo lo que la madre significa: éxito, amor, abundancia, salud física…; al suplantar al padre, desconectamos al otro de todo lo que el padre significa: la realización profesional, la fuerza, la conexión con el mundo y los demás, la capacidad de aceptar la realidad, la salud mental…)

Imagino a sus padres detrás del alumno o de la alumna, asiento a ellos, les honro, les amo como si fueran mis propios padres, y respeto, honro, y amo, a sus sistemas familiares, como si fueran el mío, sabiendo que yo soy el último, la última, ante ese gran sistema. La posición de ayuda es a la izquierda, el ayudado a la derecha. De este modo me aseguro de que respeto a los padres de la persona a la que ayudo.