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Constelaciones Familiares
Método Brigitte Champetier de Ribes

María Escribano del Moral

Tomar a los Padres

Mi árbol genealógico está en mí

Lo que me rodea es un reflejo de mi interior

En mi interior habitan todos mis ancestros

Con cada persona que excluyo de mi familia o que tuvo que ver con ella, a menudo inconscientemente, excluyo una parte de mí, y me alejo de la vida. También con cada persona que excluyo de mi vida actual -que desprecio, que no respeto, que juzgo (reflejo de las exclusiones en mi sistema familiar).

Ahí es cuando surgirá la dificultad y la infelicidad (enfermedades, accidentes, depresión, problemas de todo tipo), para guiarnos hacia la integración de esos excluidos, y así hacia más Vida. Toda sanación pasa por una reconciliación.

¿De dónde surge la inteligencia emocional que nos lleva al éxito? De tomar a nuestros padres por igual incondicionalmente, es decir, amarles y respetarles tal y como son, haya pasado lo que haya pasado, agradecidos por el hecho de que nos dieron la Vida, soltando todas las exigencias, pues lo demás lo podría haber hecho cualquier otra persona, y renunciando a juzgarles.

Podemos ver que lealtades al pasado, reemplazar inconscientemente, por amor ciego, a ancestros excluidos, o intrincaciones con tragedias que conscientemente desconocemos, duelos no terminados, identificaciones con parejas anteriores de los padres… siempre desde un amor ciego, a menudo nos llevan a colocarnos por encima de nuestros padres, o al mismo nivel, alejándonos de ellos y del amor que sana.

Mi padre es mi salud mental, mi conexión con la realidad y con la tierra, mi fuerza, el trabajo, mi realización profesional, mi conexión con la sociedad y los demás. En conexión con todos los hombres de mi sistema, mi trabajo gana en eficacia.

Mi madre es mi salud física, la abundancia, el dinero, el éxito, mi relación con mi país; respetándola y amándola como su hijo, su hija, ya puedo tener y realizarme en la pareja.

La madre es la vida.

Así como tratamos a nuestra madre, así nos trata la vida.

¿Cómo podemos contribuir a la paz en el mundo?

Alcanzando cada uno nuestra propia paz

Reconciliando en nuestro interior a los hombres y las mujeres, padre y madre:

mi parte masculina y mi parte femenina.